No cabe duda de que es más sencillo dar un consejo que seguirlo.
Ahora me tocó a mi, en un acto suicida por añorar el pasado y la no resignación a "lo que fue", una vez más volví a amanecer con cruda moral y un torbellino girando en mi cabeza.
La historia termina igual que siempre, "aquí se rompió una taza y cada quien para su casa". Esta vez ya entendí.
PD: No entendemos hasta que la taza se rompe en nuestra cabeza.
7 comentarios:
Es lo malo, cuando esas tazas se rompen en vez de dejarlas quietecitas adentro de la alacena, nada mas para verlas cuando es necesario recordar como fue que llegaron ahí.
Solo hay que tener cuidado, cuando se rompen.Debe ser en paz y no con culpas, pensamientos de superioridad ni autodeterminacion exacerbada... que anque te hacen sentir bien de momento, luego te siguen atormentando.
Si bien son cosas que no nos merecemos, la culpa es tanto del que le agarro la pata como del que la mato.
Irse luego de las tazas rotas es más bien, luego de mi experiencia cercana, un acto de redención por el respeto a la historia y aceptación del futuro.... pero sobre todo MUCHO, PERO MUCHO amor propio.
Que onda silvana, aca dando una vuelta por tu blog que no lo he dejado de seguir te comento eh!
Cuidate, saludos.
Muy bien Caballero, que bien que lo sigas leyendo, por cierto aveces si me hacen falta tus consejos muy satiros en ocaciones, pero muy efectivos jejejjee.
Jaja eso k, como satiros... efectivos no se, pero satiros ne.
Bueno quise decir, consejos muy prácticos aunque aveces crueles.
Ahhhh, lo habia interpretado diferente, pero siendo asi, estamos de acuerdo.
Oye y ya te curaste la cruda moral?
es agridulce eso de despertarse con remordiento , agrio por que pued hizo uno una pendejada y dulce por que se tiene esa sensacion de que ya no la puede uno cagar mas feo (hasta la proxima ves que la cague uno mas feo)
Publicar un comentario